Paolo Miranda, psicólogo Renoval: “La música y la actividad grupal refuerzan el sentido de pertenencia”

Paolo Miranda es uno de los psicólogos que más tiempo lleva en Renoval. Llegó en 2010 y, gracias a su trabajo en el taller de música de la institución, ha sido reconocido tanto por jóvenes como padres.

En esta entrevista, detalla en específico cómo partieron con la actividad, la influencia que ha tenido en quienes la han desarrollado y sus principales logros.

¿Cómo comenzaron con la terapia musical?

“La música ha sido desde siempre utilizada con fines terapéuticos. Sin embargo, es diferente cuando se trata de patologías psiquiátricas tan severas como la esquizofrenia o trastornos de personalidad. Así comenzó el taller de música, actividad grupal con la sencilla aspiración de crear un ambiente agradable de contacto con la realidad, con el placer de jugar a escuchar y hacer música con otros. Se llamó primero “Taller de música exploratoria” para quienes recién recuperan su relación con la realidad, reaprender la convivencia con otros. Más tarde, un sub grupo de jóvenes del taller, con más habilidades musicales y mejores condiciones para la reinserción social, me pedían tocar y/o componer canciones. Para ello, surgió un segundo espacio llamado “Taller de Banda”, donde los usuarios aprenden a tocar instrumentos, componer sus propias canciones y grabarlas”.

¿Cómo fue recibida por padres y jóvenes?

“Primero los usuarios del taller viven una etapa de ensayos y de conocerse, adaptarse a la convivencia con otros, con gustos diferentes. Luego, en la medida que ganan confianza, empezamos a preparar una “presentación en vivo” para sus familiares y la comunidad Renoval. En los eventos abiertos a la comunidad, los familiares disfrutaban los logros y la emoción de la música y sus posibilidades terapéuticas”.

¿Cuánto ha influido en el desarrollo de ellos?

“A través de los talleres de música exploratoria y el taller de banda, los usuarios ganan en ejercitar sus habilidades sociales, el autocontrol y aprender a aceptar el control grupal, pues para tocar se requiere conectar con la dinámica del grupo a través del ritmo, melodías y armonías. Junto a ello, el taller de Banda comenzó a desarrollar sus propias canciones sobre la salud mental, ganando en autoestima, motivación y creatividad”.

¿Qué les generó a ustedes el éxito de este método?

“Me parece que la clave es confiar en las capacidades ocultas tras un usuario con una patología psiquiátrica. La música y la actividad grupal refuerzan el sentido de pertenencia, identidad grupal (pertenecer a la banda) y sobretodo, el arte es el espacio para la libre expresión, de reencuentro con sus gustos y placeres colectivos. Esto ayuda en la autoestima y valoración de la persona”.

¿Cuál es el mayor logro que han tenido con ella?

“Hay varios, pero destaco que cuando en 2018 el taller de Banda decide independizarse con un nombre nuevo y se proyecta a “salir al público”. Se conforma así la “Banda del Sr. Frambuesa”, con canciones propias y títulos osados como “alucinación asesina”, “niño telépata” y otras creaciones que hablan de sus vivencias y los desafíos de ser plenamente incluidos en nuestra sociedad, tan desigual e injusta. La banda ha hecho varias presentaciones, destacando los recitales-conversatorios realizados desde 2017 con estudiantes de Terapia Ocupacional, psicología y otras carreras, sobre la salud mental en Chile y los desafíos para lograr una plena inclusión laboral y educacional”.

¿Qué evaluación han hecho los padres del trabajo realizado con sus hijos con la terapia musical?

“Las familias hasta aquí valoran la actividad como un espacio que otorga placer, pertenencia y expresión para sus hijas e hijos. Comprenden que la música es un gran motivador para ellos y que permite educar y fortalecer capacidades de comunicación, tolerancia a la frustración e independencia. Ha sido una buena evaluación”.

¿Cuánta participación han tenido en esta terapia?

“Por lo general, en el grupo del taller exploratorio participaban en promedio unas 12 personas, pero en su mejor momento tuvimos 18 y con lista de espera. Para el taller de Banda el criterio es diferente, pues supone temas de amistad y confianza, poder integrarse a la dinámica de la banda, sus líderes creativos. En este caso son unas 6 o 7 personas más permanentes, junto al apoyo de sus familias”.

 

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